La iniciativa denominada "Fuerza y Corazón por Baja California" ha demostrado ser una estrategia ineficaz ante la falta de competencias políticas de sus integrantes. Esto se evidencia en el fracaso de partidos como el PAN y el PRI, cuyos líderes han demostrado ser incapaces de cooperar y cuya ambición ha obstaculizado una adecuada asignación de candidaturas.
La atención de líderes como Lupita Gutiérrez y Mario Osuna parece centrarse en empoderar las demandas de sus disminuidas bases, en un esfuerzo por preservar la existencia de sus partidos, sustentada en gran medida, por los recursos provistos por el sistema electoral.
La percepción de que Baja California carece de una oposición efectiva, se ha fortalecido con el tiempo, y eventos recientes reafirman esta realidad, que parece extenderse más allá de las fronteras estatales.
En este escenario, la Cuarta Transformación, que encabeza Andrés Manuel López Obrador a nivel nacional y de Marina del Pilar Ávila Olmeda en el estado, continúa su avance sin enfrentar resistencia significativa.
Con seis de los siete candidatos a alcaldías ya seleccionados en Baja California, y con el anuncio inminente de los 17 candidatos a diputaciones locales, surge la curiosidad sobre si partidos como el PT o el PES podrán ganar algún distrito. Mientras tanto, el PRI y el PAN parecen estar librando una lucha desesperada por su supervivencia, sin otra alternativa visible, llegando a la gran pregunta en el escenario en el que sólitos se metieron ¿Alcanzarán de menos el 3% para no perder el registro? o será que con el poco oficio político con el que se han manejado, PAN y PRI ¿Se habrán condenado a desaparecer en Baja California el 2 de junio?
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