Nuevas pruebas destapan la participación de un segundo tirador en el magnicidio de Luis Donaldo Colosio
El asesinato de Luis Donaldo Colosio, candidato presidencial del PRI en 1994, marcó un punto de inflexión en la historia política mexicana. Recientemente, la Fiscalía General de la República (FGR) ha confirmado la existencia de un segundo tirador en el magnicidio, un agente del CISEN, desafiando la narrativa establecida durante décadas.
Esta figura, identificada como Jorge Antonio “S”, estaba asignado a la protección de Colosio y ahora se le señala como el segundo tirador. Un juez federal rechazó la orden de aprehensión contra él, decisión que la FGR planea apelar, mencionando la participación de Genaro García Luna en el encubrimiento.
Tradicionalmente considerado el único asesino, la aparición de un segundo tirador cuestiona el rol de Mario Aburto en el magnicidio.
Diversos testimonios colocan a Jorge Antonio “S” en la escena del crimen, destacando discrepancias en los tiempos de los disparos y su huida inmediata del lugar. La FGR señala que las pruebas de sangre y rodizonato implican directamente a Jorge Antonio “S” en el asesinato.
Este nuevo desarrollo, plantea interrogantes sobre las irregularidades y omisiones en la investigación original del caso Colosio. La Comisión Nacional de los Derechos Humanos ve este avance como un paso hacia la verdad y justicia en el caso.
En un giro inesperado, Luis Donaldo Colosio Riojas, actual presidente municipal de Monterrey e hijo del candidato asesinado, ha pedido recientemente al presidente Andrés Manuel López Obrador el indulto para Mario Aburto Martínez.
Colosio Riojas busca cerrar este capítulo doloroso de la historia mexicana, pidiendo un camino hacia la reconciliación y la sanación para su familia y México.
Un indulto, según la UNAM, es un perdón de la pena, sin borrar la criminalidad, aplicado a condenas impuestas por el Poder Judicial. Colosio Riojas busca este acto de clemencia para Mario Aburto.
Este giro inesperado en uno de los casos más notorios y controvertidos de la historia política mexicana abre nuevas líneas de investigación y debate, desafiando la narrativa establecida y planteando preguntas significativas sobre la justicia y la verdad en México.
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